1. Diagnóstico de Situación: ¿Crisis? ¿Qué crisis?
Crisis económica:
En 100 días, el Gobierno ha perdido en margen de maniobra y perspectivas de futuro: el crecimiento se ha reducido hasta cerca del 0%, la inflación ha subido hasta el 5,1%, y el índice de confianza se ha reducido hasta el 51,7%.
En 100 días, los ciudadanos han perdido en calidad de vida y poder adquisitivo: el EURIBOR se ha incrementado hasta el 5,4%, la hipoteca media se ha encarecido en torno a 240 euros, y la cesta de la compra media alrededor de 10.
Crisis social:
En 100 días, el mercado de trabajo ha perdido estabilidad y seguridad. Hay casi 90.000 parados más, un 9,9% de tasa de paro, 45.000 empleos destruidos, más de 10.000 jóvenes se han quedado en paro, más de 18.000 inmigrantes también. Además, crecen la temporalidad y la precariedad y se reduce el número de contratos indefinidos firmados (15.000 menos).
En 100 días no se ha avanzado nada en la igualdad entre hombres y mujeres. La lacra de la violencia de género continúa cobrándose decenas de víctimas: 18 en sólo 100 días. Las mujeres siguen teniendo más dificultades para acceder al mercado laboral (6.516 paradas más) y para conciliar la vida familiar y laboral (incumplimiento de la promesa de crear nuevas plazas de educación infantil).
En 100 días el drama de la inmigración irregular se ha profundizado: siguen llegando cayucos a nuestras costas, desbordando los centros de acogida. Muchos pierden la vida en el camino.
Crisis política:
En 100 días se ha puesto de manifiesto el grave deterioro institucional en nuestro país, con la convocatoria de un referéndum ilegal por parte del lehendakari Ibarretxe y con la salida a la luz de nuevos casos de corrupción, (el más grave, el de Estepona).
En 100 días se ha hecho evidente la mala gestión por parte del Gobierno socialista, con ejemplos como el colapso en la justicia, la crisis del Playa de Bakio, la crisis del aceite de girasol o los problemas de agua que motivaron la aprobación de un trasvase del Ebro con sólo 15 días de vigencia.
En 100 días hemos vivido un continuo deterioro de la convivencia entre españoles. La conflictividad laboral se ha disparado con las huelgas, la delincuencia se incrementa y hasta el español se ve discriminado por una política que impone el monolingüismo.
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