ABC de Sevilla. Por Benito Fernandez
BIBIANA Aído, la ministra florero de «Igual-da» en el flamante Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero miente descaradamente. Pese a que su curriculo afirma que nació en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, no es cierto. O quizás sea que de tanto viajar y de ocupar puestos dirigentes del PSOE-A y de la Junta en Sevilla, se le hayan olvidado las características fundamentales del habla gaditana. En internet circula un desmentido que no deja lugar a dudas. Afirma que es imposible que la ministra sea de Cádiz por algo más que evidente: «En Cádiz todo el mundo sabe —afirma— que el femenino de miembro no es, como dice ella, “miembra”, sino “shosho”, ¿verdad, “pisha”?». Ya me estoy viendo los carnavales y los cuplés de coros, chirigotas y comparsas haciendo sangre de su paisana. En serio, lo del Ejecutivo de ZP raya en lo sublime. Es el eufemismo elevado a rango categórico. Nada es llamado por su nombre.Desde la crisis (desaceleración) a la inmigración (subsaharianos), pasando por la educación, el aborto o la eutanasia, todo suele ser tildado con sobrenombres que sirvan para quitarle hierro al problema y lo enmascaren con palabros que confundan al personal. Una vez lanzado a la opinión pública, los medios de comunicación (televisiones, radios, tertulias) se encargan de desviar el fondo del problema hacia las formas. Ya no se discute sobre las posibles soluciones a la crisis o al problema de la inmigración, sino sobre la palabra que ha empleado el presidente, el ministro o la ministra de turno para calificar la cuestión. Así nos va, debatiendo un día sí y otro también sobre el sexo de los ángeles y dejando que esta España de bombo y pandereta se nos vaya al «miembro» de Bibiana, es decir, lisa y llanamente, «al carajo».
BIBIANA Aído, la ministra florero de «Igual-da» en el flamante Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero miente descaradamente. Pese a que su curriculo afirma que nació en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, no es cierto. O quizás sea que de tanto viajar y de ocupar puestos dirigentes del PSOE-A y de la Junta en Sevilla, se le hayan olvidado las características fundamentales del habla gaditana. En internet circula un desmentido que no deja lugar a dudas. Afirma que es imposible que la ministra sea de Cádiz por algo más que evidente: «En Cádiz todo el mundo sabe —afirma— que el femenino de miembro no es, como dice ella, “miembra”, sino “shosho”, ¿verdad, “pisha”?». Ya me estoy viendo los carnavales y los cuplés de coros, chirigotas y comparsas haciendo sangre de su paisana. En serio, lo del Ejecutivo de ZP raya en lo sublime. Es el eufemismo elevado a rango categórico. Nada es llamado por su nombre.Desde la crisis (desaceleración) a la inmigración (subsaharianos), pasando por la educación, el aborto o la eutanasia, todo suele ser tildado con sobrenombres que sirvan para quitarle hierro al problema y lo enmascaren con palabros que confundan al personal. Una vez lanzado a la opinión pública, los medios de comunicación (televisiones, radios, tertulias) se encargan de desviar el fondo del problema hacia las formas. Ya no se discute sobre las posibles soluciones a la crisis o al problema de la inmigración, sino sobre la palabra que ha empleado el presidente, el ministro o la ministra de turno para calificar la cuestión. Así nos va, debatiendo un día sí y otro también sobre el sexo de los ángeles y dejando que esta España de bombo y pandereta se nos vaya al «miembro» de Bibiana, es decir, lisa y llanamente, «al carajo».
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