Estimado señor Griñán, apenas nos hemos visto algunas veces. Una vez en Córdoba, con motivo de un Consejo Europeo de Ministros de Trabajo cuando usted lo era y otras dos o tres veces en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, cuando usted ya no era el titular. Sé por experiencia propia y por lo que dicen sus allegados que se comporta usted exhibiendo, ante quien lo quiera creer porque otros piensan que es mera consecuencia de una soberbia irrefrenable, una personalidad profesional y rigurosa, dominadora de datos y de razonamientos estadísticos, amiga de la precisión y despreciador de la demagogia barata. Lamentablemente, ha heredado usted un partido y una presidencia de la Junta donde lo que ha predominado hasta el momento, como bien sabe, es lo contrario. Y lamentablemente, si aquella del rigor es realmente su personalidad, la política sectaria de su partido se ha entrometido en su alma hasta un punto en que no distingue ya qué es realidad y qué propaganda. Lo de las "pelonas" y los homosexuales de la ley de Vagos, es la gota que colma el vaso.
Pero he aquí que usted tiene la oportunidad de enmendar buena parte del mal que se ha hecho a esta tierra que es ya la suya.
Sea riguroso y cuente usted la verdad sobre la situación andaluza después de casi 30 años de gestión del PSOE y diga si en alguna parte del mundo hay una región que haya recibido tantos millones de diversos fondos, nacionales y europeos además de los fondos fiscales de su propio pueblo, y cuyo desarrollo se haya convertido en aquella piedra de Sísifo que apenas llegaba a alguna cumbre volvía a rodar de nuevo desde la base de la montaña. Hemos vuelto al 30 por ciento de paro que conoció usted de ministro(Andalucía llegó entonces hasta el 33). Sea riguroso y dígales a los ciudadanos andaluces cuál es la inmensa responsabilidad de su partido en este atraso por una gestión infame y un ejercicio de poder más bien próximo a satrapías de otros tiempos que a una democracia liberal moderna.
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