Nos advierten los más entendidos de que las consecuencias de la actual crisis económica del país comenzarán a notarlas los ciudadanos de infantería a la vuelta del alocado periodo estival. Cuando la realidad de los inasumibles gastos corrientes imponga su dictadura. Y así debe ser si ellos lo dicen y los demás no tenemos inconveniente en sospechar. Los que tengan hijos en edades escolares aún podrán componer más fácilmente sus silogismos empíricos. Aunque no todos los trabajadores habrán de preocuparse en igual medida por las consecuencias de la crisis. Ya que gracias a nuestro sólo esfuerzo y mansedumbre hemos logrado que se desterrara la vieja separación de clases sociales entre trabajadores y los pocos demás. Pero ello no indica en absoluto, que se hayan desterrado las clases sociales. Existen igualmente pero con otra nomenclatura dentro de la vastísima clase trabajadora. Y se han engullido los conceptos tan usados antaño de clase alta, media alta, media, etc., y clase trabajadora. Porque ya que todo el mundo tiene un trabajo, es decir, sale de su casa por la mañana y vuelve por la tarde o noche tras realizar un cometido laboral, es que todos seremos trabajadores. Lo único que puede diferenciar a unos de otros son precisa y únicamente los rendimientos que se obtienen de ese trabajo. No son los mismo, ni por asomo, los que obtiene uno de los socialmente reconocidos promotores inmobiliarios o accionista mayoritario de no se que compañía de gestión o consumo, que los que percibe un albañil del promotor o un oficinista de esas empresas, o un médico, o un profesor de nuestros hijos, o… Pues claro que Botín o Florentino son dos trabajadores que salen de su casa por la mañana y vuelven por la tarde de sus respectivas oficinas. Pero no es lo mismo, sin duda. ¿Para cuando la autolisis de los sindicatos?.
LA CRISIS, LAS NECESIDADES CIUDADANAS Y EL COMPORTAMIENTO BANCARIO
Por Andalucía Libre - miércoles, 06 de agosto de 2008
Por Andalucía Libre - miércoles, 06 de agosto de 2008
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