Hay refranes para todos los gustos.Para cada refrán hay uno que corrige al anterior, que lo supera o que lo niega. Todos tienen algo de razón . Pero quizás si hay alguno que casi nadie puede negar es el de que la unión hace la fuerza. Todos los humanos desde los primeros inicios tendemos a la unión. La familia, la tribu, las asociaciones, los pueblos, los partidos políticos, los profesionales, los trabajadores, etc...etc.
Todos cuando tomamos esa decisión estamos intentando organizarnos con un fin último: defender nuestros intereses y hacer del interés personal , un interés común con el fin de ser más fuertes y defendernos mejor ante lo previsto y lo imprevisto.
Creo que en ese camino, la sociedad ha avanzado intentando hacernos más organizados y de esta manera progresar en nuestros caminos en común. No obstante si hay un colectivo donde defender los intereses comunes no se lleva a cabo con la oportuna eficacia es en el colectivo de los ganaderos.
Hoy día, la mayoría se encuentran inscritos en multitud de asociaciones de criadores, de asociaciones de defensa sanitaria, asociaciones sindicales, et pero aunque de forma administrativa pertenecen a ellas, en la práctica diaria, cada ganadero va por su cuenta desatendiendo la parte positiva de que la unión hace la fuerza.
Desde hace años, en los que mi actividad profesional se ha movido en estos ámbitos, he intentando inculcar a mis clientes ganaderos la importancia de la unión y de la defensa de los intereses de todos por encima de los intereses de cada uno.
Defender costes de la materia prima, defender precios de los servicios de todo tipo a las ganaderías y defender la el precio de venta de cada producto final, sólo se puede conseguir desde la unión de todos y no intentando ganar cada uno una batalla para que todos terminen perdiendo la guerra.
Lo increíble es que en esta batalla sin tregua en la que la importación es el principal enemigo del ganadero, es que el único perdedor es el propio ganadero sin existir ganadores claros en la batalla.
Las ADSG ( asociaciones de defensa sanitarias ganaderas) nacieron con el propósito de mejorar las condiciones sanitarias de nuestras cabañas mermadas por numerosas enfermedades, infecciosas, viricas y parasitarias. Los ganaderos desde su inicio, se vincularon a estas asociaciones promovidos por un motivo : la obligatoriedad de los saneamientos bovinos obligados por la comunidad europea y por las leyes de todo ámbito.
Pero lo que nació con el interés común de mejorar la sanidad de la cabaña ganadera se ha venido usando por parte de unos cuantos de un método seguro de vivir a costa de subvenciones para estos servicios obligatorios subvencionados.
Desde el primer momento en la mayoría de los lugares han existido veterinarios que han gestionado, administrado y usado estos fondos con un único fin.En otras zonas de España, los ganaderos conscientes de que esas partidas económicas no pertenecen a una veterinario sino que es una partida de la asociación, pusieron fin de una vez por todas a esta mala e interesada gestión.
Sin embargo, hoy día aun existen asociaciones de ganaderos en las que hasta estos días no sólo se han llevado el total de la subvención sino que además han cobrado una parte más al ganadero no sólo en servicios adicionales sino también en servicios subvencionados.
Estos personajes intocables aún se sostiene hoy día en nuestra comarca y en muchas otras, por culpa de la desunión de los ganaderos que dejan en manos de unos cuantos sus recursos propios, despreocupándose así del verdadero objetivo de la ADSG.
Los intocables siguen hasta nuestros días no sólo administrando parte de estas partidas, además las juntas directivas de estas adsg están controladas por ellos , de forma que se hace inviable que otros veterinarios con un coste menor hagan este trabajo.
Así sigue ocurriendo hasta nuestros días. No es ni justo, ni legal que muchos de ellos sean juez y parte, menos aún que sean juez , parte y tome decisiones importantes con respecto a los ganaderos a los que pretende representar, representándose así mismo y a sus intereses.No es justo, que mientras jóvenes veterinarios siguen en paro, existan intocables que siguen aprovechando la desunión de los ganaderos para su propio interés.
Pero es hoy, cuando las subvenciones están en entredicho y los recortes van a afectar a las campañas de saneamiento, los ganaderos tendrán que pagar una parte importante del saneamiento ganadero y tal vez hasta tengan que pagarlo completamente. ¿ Que harán los intocables cuando el ganadero sepa que el servicio subvencionado anteriormente ya no lo es y el ganadero tiene que pagar más? ¿ Se retiraran o intentarán seguir con el negocio hasta las últimas consecuencias?
Ustedes, intocables, que controláis la parte y el todo, sólo tendréis dos opciones, hacer un presupuesto con recortes o hacer las maletas.. De una o otra forma, creo que se acaba el cuento. No todos los cuentos tiene un final feliz.
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