
Los rastrojos de la remolacha servían de alimentación al ganado en la época estival y los trozos de remolacha y las remolachas que quedan detrás muchas veces causaban obstrucción esofágica en vacas y terneros.El veterinario tenía trabajo extra y complicado extrayendo los tubérculos o introduciéndolos hacia el interior.Ahora es casi una rareza que el veterinario visite casos de este tipo.Ahora el sector ganadero además lleva el mismo camino que el sector remolachero y los culpables siguen siendo los mismos.Pero de eso ya os hablaré otro día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario