13 agosto 2007

COCHE OFICIAL


VocarBulario según POr Andalucía libre.
Artefacto inventado por los políticos para sufrir las mínimas molestias a la hora de desplazarse a dónde deben ir por razón de su cargo u ocupación. Desde la llegada del terrorismo a la política, es, además, un instrumento de defensa de la vida puesto que se añaden a sus elementos toda clase de artilugios (GPS, inhibidor de frecuencias para los explosivos, blindajes varios...) En calidad de tal, el coche “oficial” sólo debe servir para los “actos oficiales” estando éticamente prohibido usarlo o conducirlo para otras finalidades personales e incluso partidarias. Pero, claro, la tentación es grande. Un coche a la puerta, un conductor, quién va a decir nada, quién se va a enterar (coño, pues tú) y al final, la degeneración llega también al parque móvil y los coches oficiales se utilizan para todo: para llevar los niños al colegio, para llevar a la santa (o al santo) de compras, para ir de fines de semana por ahí (hubo un caso no hace mucho de un delegado del gobierno socialista en Córdoba que denunció ABC) y desde luego, está el caso puntero de Juan Guerra, que usaba el coche de su hermano para otros menesteres menos públicos y más íntimos. Aún se recuerda un día que llegó Arfonso al aeropuerto de Sevilla y su coche no estaba al pie de la escalerilla. El caso es que Juan se había llevado a pasear a una novia y tuvieron que reclamarlo por radio y todo. Qué lío.
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