La obsesión dirigista e interventora de la Junta de Andalucía le llevó en 2004 a crear un Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos, un ente que pretendía controlar contrataciones y servicios relacionados con la Educación, desde la pintura de las fachadas de los colegios al transporte escolar o a las comidas de los alumnos. Por tanto es un Ente importante centralizador que influye en la economía y la sociedad locales, desplazando a los Ayuntamientos. Ahora, la Cámara de Cuentas encuentra también irregularidades en las actividades de esta organismo público de la Junta que carece de todo control parlamentario, como el resto de las empresas y organismos públicos.
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