19 enero 2012

Cuando lo injusto clama al cielo

  A veces me cabreo cuando recibo críticas sobre mi Andalucía, sobre nosotros los andaluces, sobre nuestras costumbres y sobre  nuestra forma de ser, de las veces que nos tachan de vagos, de flojos y de irresponsables. No todos somos iguales ni por asomo .No todos somos iguales ni aquí ni allá. Hay de todos y para todos. Como decía Belmonte: Hay gente pa tó. Yo no me averguenzo de ser andaluz, sino todo lo contrario. Me siento andaluz y no me siento aludido en las críticas cuando escucho, leo o veo a gente definirnos con atributos despectivos. Pero soy objetivo y a veces soy capaz de entender esa críticas en algunos aspectos , críticas que nos deben hacer pensar porqué estamos donde estamos, porque hemos llegado a donde estamos y cuales han sido las causas que nos trajeron aquí.
  Estos días , los medios de comunicadción se han hecho eco de una parte de los cientos de casos de corrupción en andalucía y en particular de uno que contaba como el chófer de un Conserjero era beneficiado de unas ayudas de un millón de euros para una empresa que nunca existíó y como parte de esa subvencion fue usada para drogas y compras de locales. Eso y mucho más es lo que el resto de españoles oye sobre nosotros día  a día en la televiión.Eso y cientos de casos .Corrupcion con todas las letras. .
Me siento avergonzado del comportamiento de estos individuos que siguen gobernandonos de forma desastrosa usando el dinero público para su fin personal y el de sus amigos.
  Parece que estemos vacuandos contra esta enfermedad llamada corrupción que afecta a un porcentaje más alto de lo que se debería desear. Nos han metido tantas vacunas de corrupción en le cuerpo, vacunas, revacunas  y recuerdos vacunales de casoss de corruptos que si en los telediarios no sale un caso nuevo es porque lo tienen refriguerando en la nevera. Estamos tan vacunados de dosis de corrupción que tenemos más anticuerpos en nuestro organismo que verguenza el corrupto. Estamos tan hiposensibilizados de corrupción que ni las altas dosis de dinero robado por unos y otros nos hacen enfermar de verguenza. Así es la sociedad , una sociedad inmunizada y anestesiada por los medios. Es más chorizo el que roba un pollo para comer que el que roba un millón de euros para enriquecerse. Y miramos peor al que roba el pollo porque no tiene pa comer que al listo enchaquetado que acompaña a juicio a su abogado enchaquetado, que se ríe de la justicia , sale libre y no devuelve el millón de euros. Pobre chorizo que roba pa comer porque sobre tí caerá todo el peso de la ley. Perdonados sean los corruptos de verdad que pagan con dinero robado a sus letrados.
   Eso y la injusta justicia me hace pensar que vamos por mal camino. Un camino labrado a base de libertad convertida en libertinaje. Unos poderes que lejos de ser independientes, son cada vez más dependientes.
 Mientras la cárcel sea un lugar privilegiado donde te dan techo, comida, educación, gimnasio , tele e internet , los presos seguirán en aumento. Mientras la fuerza de la ley no caiga con toda la fuerza sobre un asesino y sus colaboradores y no vuelvan a salir en su vida a la calle, mientras un preso no pague su delito con trabajo, sudor y lágrimas , los familiares se sentirán humillados por el poco peso de la ley.
 Yo me pregunto a cada momento : ¿ Como se puede sentir un parado que no tiene para comer cuando el dinero destinado a crear empleo se usa en cocaína? ¿Como se puede sentir el padre de una niña asesinada cuando los asesinos se han reído de la justicia?

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