09 febrero 2009

Historias de un veterinario...


Seguro que todos recordáis un anuncio que había hace unos años sobre un veterinario que iba al parto de una yegua de madrugada, en un maravilloso coche (el anuncio era del coche).

Pues os voy a contar lo que de verdad pasó.El veterinario, Paquito, estaba durmiendo plácidamente en su casita, después de haber estado todo el día vacunando vacas a 5 grados Celsius, cuando recibe la llamada del Antonio, de Tocamelapija del Río, a las 3 de la mañana. La yegua en cuestión, la Estrella, lleva de parto desde las 2 de la tarde, pero el Antonio ha considerado conveniente esperar hasta las 3 de la mañana para llamar a Paquito “por si paría sola”.Tocamelapija del Río es una bonita aldea situada en un bucólico valle, que tiene 5 habitantes que no se hablan entre sí por unos problemillas con las lindes de un huerto allá por los años 40. Desde casa de Paquito hay 40 kilómetros por carreteras de 2 metros de anchura; o lo que es lo mismo, 1 hora en coche.Paquito se levanta, se caga en 2 ó 3 santos, en el Antonio y en la madre que lo parió y se va.Una hora más tarde, después de haber recibido otras 4 llamadas del Antonio para meterle prisa y casi haberse salido de la carretera en 2 ocasiones, llega a Tocamelapija del Río.La cara del Antonio es un poema. Llega dando voces y diciendo que ya era hora, que hacía 1 hora y media que había llamado, que el potro se va a morir y es de un semental carísimo y muy bueno.Debido a esos problemillas de lindes de hace más de 60 años no hay nadie que les pueda echar una mano, y Paquito se encuentra a la yegua tumbada en medio de un prado, sin atar. Coge la cuerda que lleva en el coche y se dispone a cogerla, pero ella se levanta y se va a la otra punta del prado. 25 minutos después, tiene a la yegua cogida y la lleva al establo. Ni que decir tiene que en el establo no hay luz y el Antonio no tiene ni una triste linterna, así que Paquito tiene que meter el coche en el prado, rasparle los bajos e iluminar con los faros.Bueno, ya estamos metidos en faena. Se acerca a la yegua por detrás hablándole, para que no se asuste, y el Antonio le dice que es muy noble, que no tenga miedo. Se pone los guantes, le mete la mano en la vagina…y la yegua le pega una coz en la espinilla. Cojonudo. “Pero si es muy buena!!! Nunca habia hecho algo así!!!!” comenta el Antonio, “Debe de estar dolorida”,apostilla. Paquito se caga en San Francisco de Asís.Se va al coche a por un sedante y se acerca a ella por un lado para ponérselo en el cuello; la yegua gira el cuerpo para cerrarle el paso y lo aplasta contra la pared y le da un pisotón. Cuando consigue salir de la pared ya lleva otros 2 pisotones y un cabezazo, pero ha conseguido sedarla. Se vuelve a poner los guantes y empieza las maniobras para sacar el potro. Se lleva tres rabazos en la cara de la madre y se corta un dedo con los dientes del potro, pero consigue sacarlo, aunque desafortunadamente está muerto.

El Antonio empieza a cagarse en ángeles, arcángeles y querubines y a darle voces a Paquito: “Claro, es que has tardado lo menos 2 horas en venir, el potro estaba vivo antes!!!! Un potro tan bueno, una fortuna tirada a la basura”…bla,bla,bla“Mañana voy a ver a tu jefe y se lo cuento todo. Menuda chapuza!! Él sí que sabe! Tanta anestesia, tanta anestesia, QUE MAS MATAO AL POTRO CON LA PUTA ANESTESIA!!!!” “Fíjate qué potro más majo, y encima era una hembra!!!”Paquito va aguantando el chaparron diciendo a todo que sí mientras recoge sus cosas. Se lleva otra coz cuando se agacha a recoger el móvil que se le había caído y otro cabezazo cuando suelta a la yegua para llevarse su cuerda. Son las 6:30 de la mañana y ha quedado a las 8:30 para hacer reproducción en una granja a 1 hora de camino…Qué bonito ser veterinario!!

Al leer este relato, me cuestiono varias cosas:

1.-¿por que el ganadero siempre espera a ver si lo echa solo? ¿ no ve que cuando la vaca se pone azul es que no puede echarlo?

2.-¿ por que siempre tenemos la culpa los veterinarios? ¿por que tenemos la mala costumbre de dormir?

3.-¿ por que todos viven en un pueblo tal como “noseke del rio” aunque vivan a tomar por culo en la montaña?

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia,pero casi siempre coincide.Y los ganaderos que no se enfaden.

Contado por Jorge Eseverri.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bueno!!!!