14 mayo 2007

Artículos sobre Casas Viejas Enviados por Gerard Brey:Segregación municipal y grito del sur






9 En marzo de 1991, la localidad llamó de nuevo la atención, al conseguir oficialmente su anhelada « independencia municipal » respecto del Ayuntamiento de Medina Sidonia, del que formaba parte desde que se construyeran, a mediados del siglo XVI, unas pronto llamadas « casas viejas ». La aldea, distante unos casi veinte kilómetros, había sido convertida en pedanía en 1868, pero padeció – según los benalupenses de ayer y de hoy – un abandono constante por parte de Medina. Tanto fue así que el alcalde pedáneo socialista de 1931, José Suárez Orellana, dimitió al cabo de varios meses por no haber obtenido de parte de la Alcaldía radical de Medina ninguna de las mejoras solicitadas 9. Casas Viejas en tiempos de la Restauración (1.260 habitantes en 1910), oficialmente Benalup de Sidonia de jure a partir de 1926 pero conservando de facto su nombre primitivo hasta el franquismo, el municipio (6.754 hab. en 2005) pasó a llamarse Benalup a secas cuando se emancipó de la tutela de Medina Sidonia en marzo de 1991, disponiendo en adelante de Ayuntamiento propio, controlado desde entonces por los socialistas. Finalmente, el pleno municipal aprobó por mayoría, siete años después, un nuevo nombre (Benalup-Casas Viejas), que sintetiza la denominación primitiva y la oficial, si bien quedan hoy por colocar o sustituir los rótulos oficiales para que la nueva designación sea correcta y públicamente señalada 10. El acceso a « la independencia » y este nuevo « bautizo », tras unas inevitables discrepancias jurídico-administrativas (no zanjadas aún) acerca de la superficie y límites del nuevo término municipal, han sido un factor decisivo de cohesión identitaria, tanto más cuanto que el Ayuntamiento instauró desde aquella fecha una « Fiesta de la Independencia », que se celebra cada mes de marzo.
10 Tres años más tarde – en 1994 – se publicaba la versión castellana del libro del antropólogo norteamericano Jerome Mintz, The anarchists of Casas Viejas (Chicago and London, University of Chicago Press, 1982, XVI+336 p). Si el libro no aporta nada nuevo sobre lo ocurrido en enero de 1933, tiene el mérito de completar de manera inédita y muy afortunada lo que ya sabíamos acerca del sistema de propiedad y de cultivo de la tierra, de las condiciones laborales y del movimiento sindical local entre 1913 y 1932. Esclarece la trayectoria del anarquista José Olmo y de sus compañeros, fundadores del sindicalismo en la aldea en los años diez y confirma la tesis del suicidio de Gaspar Zumaquero, presidente del sindicato, en vísperas de la huelga de 1915 11. Al año siguiente, se hacía la primera proyección en « Canal Sur » de Sevilla del documental histórico realizado por Basilio Martín Patino, El grito del sur. Casas Viejas (1995). Y el descubrimiento de unos veinte esqueletos de « musulmanes o visigodos » o de víctimas « de la guerra civil » (sic) en una cuneta de la carretera que une Medina Sidonia a Casas Viejas, le daba un pretexto al diario « de referencia » para recordar la masacre, transcribiendo de forma más o menos extravagante e incoherente algunos comentarios de unos vecinos. La tragedia seguía siendo noticia en la prensa nacional 12.

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