En la mesa redonda, el profesor de Historia del IES José González Benítez tuvo a bien recordar que « los sucesos » habían sido un tabú durante mucho tiempo, pero que debían ser considerados como « patrimonio del pueblo sin afán del lucro ». Esta discreta alusión se refería implícitamente a una iniciativa reciente que había levantado la controversia – en el pueblo y fuera de él – en los meses anteriores, o sea la construcción de un hotel en el mismo lugar de la tragedia, cuyo promotor pretendía aprovechar como reclamo publicitario la figura de María Silva Cruz (« La Libertaria »), aquella nieta de Francisco Cruz Gutiérrez que de milagro escapó de las llamas en enero de 1933 pero que no se salvó de las balas franquistas en el verano de 1936 y cuyos restos quedan aún por localizar. He aquí las principales etapas del lamentable folletín.
24 En 1992, la edición andaluza de El País anunciaba que, para atraer al turismo, la Alcaldía planeaba el aprovechamiento de los recursos medioambientales de la zona y del patrimonio local : las pinturas prehistóricas del Tajo de las Figuras, una torre árabe y un monasterio del siglo XVIII. La tragedia de 1933 – explicaba la prensa – « constituirá uno de los principales factores de la oferta cultural de esta población que se recoge en el Plan de Desarrollo Integral. El objetivo es conseguir el impulso económico de este pueblo, recientemente segregado de Medina Sidonia. La matanza de campesinos, un hecho que ha marcado la reciente historia de España, será el tema central de una sala específica de exposición en la que se recreará el poblado de chozas en las que se produjo el incidente. Igualmente, se expondrán artículos de labranza y otros instrumentos de la época así como vídeos y medios que mostrarán con mayor exactitud posible lo ocurrido hace ya sesenta años 26».
25 Pasaron muchos años y en el verano 2005, el alcalde de Benalup-Casas Viejas (también Presidente de la Diputación de Cádiz) y un promotor hicieron la presentación pública, en la Asociación de la Prensa de Cádiz, de un hotel de cuatro estrellas, llamado « Libertaria », subvencionado con fondos europeos y destinado a ocupar, entre otros terrenos, el pequeño solar donde se ubicaba la choza de « Seisdedos » y fueron asesinados más de veinte vecinos de Casas Viejas. Además de los espacios habituales de un establecimiento de este tipo, éste incluiría un llamado « Espacio Años 30 », donde se presentarían los movimientos sociales, culturales y políticos de esta década, sucesos de enero inclusive. En esta ocasión el alcalde declaró que « si bien es interesante por lo que supone un hotel en sí mismo, en cuanto a economía y a generación de empleo, para mí lo más interesante es la recuperación de la memoria histórica ». Si bien se afirmó que el terrenito de « Seisdedos » (abandonado desde hacía años) no formaba parte del proyecto hotelero en sí mismo y que había sido « cedido a una organización independiente y sin ánimo de lucro con la finalidad de que se encargue de su rehabilitación y protección », en seguida surgieron las protestas, especialmente (pero no sólo) de parte de la militancia anarquista. En un manifiesto del 1° de agosto de 2005, la Federación Local de Sindicatos de Jerez de la Frontera de la Confederación Nacional del Trabajo denunciaba « la falta de ética del proyecto turístico », « considera[ndo] dicho proyecto capitalista una ofensa y una frivolidad hacia la memoria de lucha del movimiento obrero andaluz », resumiendo así el pensar de los oponentes al proyecto : « No queremos que la memoria sea un negocio hotelero. » Por su parte, El secretario general de la Confederación General del Trabajo de Andalucía estigmatizaba una « pretendida política de izquierda [que] no duda en poner en venta la propia memoria histórica de quienes lucharon por un sueño de libertad », a la par que denunciaba con « total rotundidad la falta de ética y de respeto de los promotores » y un « negocio turístico utilizando el reclamo de la vida y, lo que es más grave, de los sueños de un grupo de trabajadores y trabajadoras de Casas Viejas 27». A las protestas se asociaron ciudadanos vinculados o no con el movimiento libertario, apareciendo en la prensa declaraciones no sólo contra la ocurrencia en la que había caído el promotor, sino contra el respaldo municipal a la « mercantilización de la memoria ». En cuanto al historiador José Luis Gutiérrez Molina, especialista de la historia social de la Baja Andalucía en los años treinta y miembro de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía, deploraba un « ejemplo lamentable de la desmemoria », declarando : « En el caso concreto del Ayuntamiento socialista que ha respaldado el proyecto, es más grave, porque como socialistas se supone que deberían tener interés en que se conociera la memoria. […] Lo que no me imagino es [al alcalde socialista de Benalup-Casas Viejas] respaldando un hotel de lujo en un lugar como el de la tragedia de Yeste en Albacete, sucedido en la primavera de 1936 y con diecisiete campesinos socialistas muertos. ¿ Levantaría un hotel con una habitación llamada Pablo Iglesias y recreaciones nocturnas de la vida de Indalecio Prieto ? 28» Y unas cincuenta personas, entre ellas el hijo de María Silva Cruz (a) « La Libertaria » y del militante cenetista Miguel Pérez Cordón muerto en los choques entre franquistas y anarquistas en Cartagena al final de la guerra, se congregaron luego para exigir « la creación de una fundación pública y la conversión del lugar en Bien de Interés Cultural 29». Ante la decisión de edificar un campo de golf y dos hoteles de lujo en el pueblo escenario de la tragedia, se indignaba la poetisa Julia Uceda Valiente (n.1925) con una alusión explícita al testimonio de Sender y otra – implícita- al reciente atentado contra la memoria : « Ramón Sender lo vio como testigo, / en enero de 1933, cuando las llamas / improvisaron un verano / para andaluces con hambre. Buscaban / lo que a otros / sobra, pero todos han muerto / y él ya no contará el segundo fuego / del año 2005, en Casas Viejas, / cuando ardió la memoria para siempre 30».
26 La empresa turística intentó justificar el proyecto, pero tuvo el buen gusto de cambiarle el nombre al hotel. El ponerle « Hotel Utopía » evitaba herir a los descendientes de las víctimas, pero no aportaba solución definitiva. No dejaron en efecto de arremeter sus adversarios, observando J.L. Gutiérrez que « sobre los sucesos de Casas Viejas no sólo se obvia cualquier intento de romper el tabú local sobre ellos, sino que finalmente acaban convertidos en el reclamo de un negocio 31 ». La Asociación de Abogados Progresistas de Andalucía, por su parte, censuraba un proyecto que « pretende fundamentarse y sustentarse en la memoria histórica como negocio y reclamo » e interponía « un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra el Ayuntamiento y contra la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía por permitir el proyecto turístico del hotel Utopía 32». A continuación el periodista resumía así las reacciones : « El alcalde […] lamentó esta denuncia que, según dijo, « sólo puede explicarse desde la mala fe o el desconocimiento ». Según aseguró, en la revisión del plan general no se ha permitido construir en el terreno de los sucesos, donde se instalará una placa que recordará lo que allí ocurrió. De igual manera se manifestó [el promotor del hotel], quien tildó de « absurdo » toda la polémica suscitada porque el hotel está situado a 300 metros de la choza asaltada, donde irá el museo 33». Unos días antes de la celebración de los actos de la Semana Cultural de 2006 reseñados más arriba, se inauguraba el establecimiento, asegurando un periodista : « A su lado se ha construido un edificio, que los promotores del hotel cederán a una fundación privada. Se instalará un pequeño museo para la interpretación y memoria de la tragedia. […] En el lugar donde estaba la choza se colocará una figura conmemorativa y una placa en la que se leerá : « A todos los que lucharon por la vida hasta que se la arrebataron » […] 34». Lo cual no impedía que unos días después, apareciera la noticia según la cual varios descendientes de « Seisdedos » estaban dispuestos a efectuar acciones judiciales acerca de las condiciones de venta del solar a la promotora e insistían en que « la parcela se separase de la actividad turística y que allí se les rindiera memoria a sus parientes fallecidos 35 ».
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