03 junio 2007

La otra cara de la moneda



La verdad es que la política local es una de las ocupaciones más nobles y bonitas a las que uno puede consagrar su tiempo. La oportunidad de contribuir al progreso de toda una comunidad, la posibilidad de ver los resultados del trabajo de uno en forma de beneficios y utilidades para con los paisanos, la responsabilidad de convertir en realidad un determinado modelo de pueblo, las amistades y redes de relaciones que se entablan.

Todo ello es garantía de realización personal y de satisfacción . A la vez, el conocimiento que se gana de la sociedad , las habilidades que se desarrollan en el ejercicio del rol político y hasta la adrenalina que genera la vida diaria (si uno sabe vivirlo como lo que es: un juego) son también facetas que los protagonistas de la vida municipal señalan como de las partes más positivas de su trabajo.

En definitiva: ¡el esfuerzo vale la pena! Incluso en la oposición.

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